Aquello que comenzó siendo un proyecto turístico e inmobiliario de tres sociedades diferentes es hoy una sólida empresa familiar, grupo Valle del Este, que engloba a: Hotel Valle del Este S.L.U., formado por el hotel y el campo de golf; Valle del Este Hotel Golf Spa S.L.U. que gestiona el centro comercial Valle del Este y distintas propiedades; Maraú Beach Club S.L.U. en el que se incluye el establecimiento de ese nombre; y finalmente Valle del Este Resort S.L.U. que es la sociedad promotora de resorts.
Este complejo turístico está gestionado por Pedro Lope, abogado y hombre de negocios, valiente y decidido, con una gran visión empresarial y con las ideas muy claras de lo que Vera necesita para crecer como municipio y como destino turístico de calidad. Hablamos con él sobre estos temas, el crecimiento y consolidación del grupo Valle del Este, el revés de la pandemia y sus proyectos de futuro.
Buenos días, para comenzar, nos gustaría que nos pusiera un poco en antecedentes y nos contara cómo fueron los comienzos de Valle del Este. Cómo ha sido a grandes rasgos su crecimiento y si hay algún hito que destacar en esa trayectoria, tanto positivo como negativo.
Valle del Este nació como un proyecto de tres grupos del sector inmobiliario, uno de Aragón, otro de Navarra y otro de Madrid que se unieron para llevar a cabo un proyecto en Vera. Ninguno de los tres tenía relación con Almería, pero en un viaje conocieron esta zona, les gustó mucho y decidieron apostar por el desarrollo de un resort en Vera.
Todo esto fue a finales del siglo pasado. La sociedad se constituyó como tal en el año 2000 y justo después comenzaron las obras. Primero se hizo el club de playa, que fue el Club de Playa Valle del Este, después el Campo de Golf, después el Hotel y por último todo el desarrollo inmobiliario de Valle del Este.
Yo me incorporo al proyecto en 2001, formaba parte del grupo aragonés, y en 2002 entré a formar parte del Consejo de Administración, con una participación pequeña en la sociedad. A nivel personal hice una apuesta muy fuerte por el proyecto, ya que vivía en Zaragoza y en 2005 decidí trasladarme a vivir aquí con mi familia. Desde ese año, más que a la gestión de Valle del Este, me dediqué a la gestión de los activos inmobiliarios y a mi trabajo como abogado.
Como todo proyecto, los comienzos fueron muy duros económicamente y cuando empezamos a florecer y a tener los primeros éxitos, llegó la crisis inmobiliaria de 2008, que supuso un acontecimiento muy negativo para el desarrollo económico de la sociedad. Tuvimos después una serie de años bastante malos, hasta que en el año 2013 adquirí, ya a título personal, la propiedad de Valle del Este y pasó a ser una empresa 100% familiar. A partir de entonces cambió un poco la gestión de la sociedad y hemos llegado hasta hoy con nuevas ideas, nuevos proyectos y cada vez más ilusión por seguir haciendo crecer al grupo Valle del Este.
¿Por qué se decidieron por Vera, que había o qué vieron aquí que no había en otros sitios? ¿Y qué ofrece en la actualidad que no ofrecen los municipios de los alrededores?
Estos tres grupos de los que hablamos querían crear un resort nuevo compuesto de campo de golf, hotel y un desarrollo inmobiliario. Para ello se buscaban zonas aisladas.
Primero se decidió que fuera en Andalucía. La costa del Sol estaba ya sobreexplotada así que las dudas surgieron entre Huelva y Almería. Al final nos decidimos por Almería porque consideramos que era la zona que tenía más proyección futura. Dentro de la provincia, nos decantamos por el Levante y, finalmente, encontramos este lugar en Vera que nos gustó mucho por su situación cerca de la playa, fácilmente comunicada con la autovía, no demasiado lejos del aeropuerto de Almería y con un clima extraordinario. Tuvimos una acogida muy buena por parte del Ayuntamiento de Vera y encontramos que era un lugar que reunía las máximas posibilidades para la idea que teníamos de desarrollo turístico.
Este lugar era un oasis, pero no era el único. Teníamos más espacios en los que podíamos habernos centrado, pero nos gustó mucho la situación de estos terrenos, su precio, y la relación con el Ayuntamiento que fue muy buena y fluida desde el primer momento. Así que lo teníamos todo a favor. Tuvimos una acogida magnífica y vimos que no teníamos demasiados trámites burocráticos para poner en marcha nuestro proyecto.
En los inicios, en los que yo no participé, ya que como he comentado me incorporé en 2001, todo fueron facilidades por parte de las administraciones, tanto autonómica como provincial y local. Hay que tener en cuenta que en 2001 no había muchos proyectos económicos de esta envergadura en la zona, así que, las instituciones siempre estuvieron dispuestas a colaborar con nosotros. Además, quiero recalcar que siempre que hemos solicitado la colaboración del Ayuntamiento de Vera, lo hemos tenido a nuestra disposición. En la actualidad queremos llevar a cabo una ampliación de Valle del Este y estamos volviendo un poco a la época inicial en lo que a trámites se refiere. Hablamos de crear más de 100 puestos de trabajo y de una inversión de bastantes millones de euros. Las administraciones se dan cuenta de la importancia que puede tener esta ampliación para la zona y hemos recibido apoyo y facilidades, pero sin embargo estamos viviendo muchas trabas en los trámites burocráticos, se enquistan y vamos muy lentos. Llevamos año y pico con la modificación del Plan General y probablemente tengamos que volver a la casilla de salida con la nueva Ley del Suelo, que por otro lado creemos que puede facilitar la tramitación de nuestro proyecto, pero estamos a la expectativa.
¿Qué línea de crecimiento ha seguido cada negocio del grupo y qué ha supuesto cada uno para la empresa a nivel global? Y, por otro lado, ¿siguen gestionando la parte inmobiliaria?
En el año 2013, cuando adquiero la propiedad, no existía la parte inmobiliaria de la sociedad porque ya se habían vendido los solares a distintas empresas. Sí que seguimos actualmente teniendo pequeños desarrollos inmobiliarios pero que son de escasa entidad en relación a lo que es Valle del Este.
El campo de golf lo inauguramos en 2003 y, a pesar de que se supone que un campo de golf no necesita muchas modificaciones, sí que hemos realizado y seguimos realizando cambios para adecuarnos a las necesidades de los clientes que nos visitan. Modificamos el hoyo 13, ahora vamos a modificar el hoyo 8 y seguimos pensando en modificar hoyos que de alguna manera han notado el paso de los años en lo que a gustos de nuestros clientes se refiere.
En cuanto al hotel, cuenta con 142 habitaciones y estamos pensando tanto en una actualización como en una ampliación. Han pasado ya 15 años desde que lo inauguramos y es conveniente reformarlo continuamente.
Y el espacio que más modificaciones ha sufrido ha sido Maraú, nuestro club de playa. Estuvo cedido en arrendamiento durante unos años a Grupo Lúa, pero en el año 2017 cuando se acabó el contrato, lo cogimos de nuevo, hicimos importantes obras y lo convertimos en lo que es hoy Maraú. Y, sinceramente, estamos muy ilusionados con el funcionamiento que está llevando.
Y en este momento, nuestros planes de futuro radican en la ampliación de Valle del Este, así que estamos en una fase de mucha ilusión. Hablamos de una ampliación en este mismo lugar, en terrenos colindantes de los que una gran parte son ya propiedad nuestra y consistirá en la creación de un nuevo campo de golf, otro hotel, pero con un desarrollo inmobiliario escaso porque estamos convencidos de que los futuros resorts cada vez tendrán menos temas inmobiliarios y más temas turísticos.
¿Nos podría hacer un balance general de lo que llevamos del año 2021, cómo vivieron el 2020, el año de la pandemia, y las diferencias con el 2019? En términos de facturación, volumen de clientes.
El balance general de este 2021 está siendo bastante bueno, estamos muy satisfechos de la evolución general del año. En cambio, fueron unos inicios horrorosos y psicológicamente muy duros.
El desenlace económico de enero-abril, incluso mayo fue mucho peor de lo que esperábamos. Pero a partir de junio-julio, se dio un cambio tremendo en la evolución de los negocios del grupo y podemos decir que hemos recuperado el nivel del año 2019. Incluso en algunos apartados, como en Maraú, lo hemos superado. Al final ha sido bastante mejor de lo preveíamos en enero de este año, incluso de lo que previmos en mayo. Y somos optimistas de lo que esperamos en 2022.
En la época de verano nos salvó el turismo nacional y creo que todos los que se dedican al turismo podrán decir lo mismo. Y ahora estamos notando, a grandes pasos, que recuperamos el turismo extranjero. La temporada de golf está siendo prácticamente como una temporada normal, igual un poco menos en lo que a facturación se refiere, pero, en líneas generales, bastante buena, no nos podemos quejar.
Así que, si comparamos 2021 con 2019, es cierto que este año va a ser inferior en facturación, pero también en gastos, con lo cual el resultado económico puede ser similar.
Y en cuanto al año 2020… los meses de enero y febrero fueron los mejores de la historia de Valle del Este, y marzo y abril, los peores. Pasamos de pensar que íbamos a triunfar en el año 2020 a caer en un agujero del que no sabíamos cómo salir. Además, era un agujero al que no podíamos poner una dimensión temporal porque todo era una incertidumbre. Cuando entras en una crisis es importante poder prever más o menos los plazos en los que crees que vas a poder salir. En este caso, era una angustia continuada, día tras día, mirando los telediarios, las noticias y sabiendo que no teníamos salida. En marzo y abril teníamos muchísimas reservas que se fueron cancelando en cascada y tanto en esos meses como en el mes de mayo no tuvimos nada.
El verano fue relativamente bueno, conseguimos mejorar un poco nuestra situación económica, pero llegó el otoño y de nuevo caímos en picado. Se anularon todas las reservas. Hicimos el esfuerzo de mantener abiertos el hotel y el campo de golf durante todo el año, excepto en el periodo inicial de la pandemia en el que se nos obligó a cerrar, sabiendo que hacerlo iba a conllevar más pérdidas que tenerlos cerrados. Pero de alguna manera entendimos que debíamos hacer un cierto esfuerzo económico, por un lado, por la plantilla de trabajadores y, por otro, por dar un cierto servicio a la comarca, ya que la poca gente que se movía no tenía demasiados lugares en los que poder pernoctar.
En cuanto a la plantilla, nos incorporamos a un ERTE, que nos ayudó mucho a poder mantener a los trabajadores. Actualmente contamos aproximadamente con unos 150 trabajadores.
Ahora que menciona los ERTE, ¿nos podría contar cómo han vivido la pandemia? ¿Se han sentido apoyados y respaldados por las instituciones, tanto nacionales como a nivel de la Junta de Andalucía y del Ayuntamiento?
A nivel estatal, estamos muy satisfechos de cómo han funcionado los ERTE. En cambio, nos hemos sentido un poco desamparados por el Gobierno en lo que al resto de ayudas económicas se refiere, ya que no hemos tenido reducciones en seguridad social o en otro tipo de impuestos estatales.
Ha sido el Ayuntamiento de Vera la institución que mejor se ha portado con nuestra empresa. Fue una de las primeras Instituciones en responder, la que desde el primer momento ha estado cerca de nosotros. Se nos aplicó una importante reducción del IBI y estuvieron continuamente preocupándose por nuestra situación. Nos hemos sentido realmente acompañados. En este sentido hemos tenido mucha suerte porque sabemos que otros ayuntamientos, tanto de la comarca, como del resto de Andalucía, no han hecho lo mismo. No han proporcionado las mismas ayudas que hemos tenido nosotros por parte de nuestro Ayuntamiento.
En cuanto a la Junta de Andalucía, hemos recibido dos subvenciones distintas, y también podemos decir que nos hemos sentido apoyados por ellos.
Pero la pandemia ha sido muy dura económica y psicológicamente. Cuando ves que tu negocio, que tenías todo reservado, se cae, que no sabes cómo pagar las nóminas, a tus trabajadores, la seguridad social, los seguros… Ha sido tremendo, muy duro.
Pero somos positivos y, económicamente, creo que la pandemia a medio-largo lazo va a tener sus cosas buenas: el turismo vacacional se va a desarrollar mucho más, el golf también está en cierto auge ya que es un deporte al aire libre, en el que vas paseando… así que en ese sentido confiamos en que la situación vaya mejorando.
¿Cuál es su opinión del tejido empresarial de nuestra localidad? Nos referimos a su estado, si cree que goza de buena salud.
Es impresionante el nivel de empresas que hay no solo en Vera si no en todo el Levante almeriense. Tenemos un gran tejido de pequeñas y medianas empresas que funcionan muy bien, tenemos un nivel de empresarios espectacular. Es verdad que nos falta crecer un poco, ser más grandes, coger más tamaño. Pero ha habido una evolución importante.
Pero, en cambio, tenemos un problema que nos afecta a muchos niveles en la zona y es que tenemos poca población. Si miras cifras de hace cien años, tenemos prácticamente la misma población que entonces cuando hay otras zonas de España en las que se ha multiplicado. Si hay poca población, hay pocos servicios, si hay pocos servicios, no atraes a la gente, con lo cual estamos en esa pescadilla que hablábamos antes.
Deberíamos facilitar a la población crecer, que seamos más. Lo peor de todo y que me da mucha pena es que hijos de empresarios de la zona se están yendo de aquí. Cada vez que se nos va alguien es una pérdida para toda la comarca.
Qué cree que se podría mejorar o que se podría hacer desde las instituciones para ayudar al turismo de la localidad.
En los últimos años cada vez tenemos más visitantes y lo que deberíamos hacer es fidelizarlos. Por parte del Ayuntamiento pediría que se centraran en proporcionar los servicios adecuados a nuestros visitantes y, por supuesto, a nuestros ciudadanos. Los servicios son vitales para que la gente se sienta cómoda en la zona cuando vienen a visitarnos: basuras, limpiezas, calles en condiciones, iluminación adecuada, seguridad ciudadana… Esos servicios municipales que nos hacen la vida más fácil. Cuando vamos a un sitio de vacaciones, vamos a relajarnos y lo que queremos es no tener problemas. Además, hay que hacer paseos, la gente no puede caminar ni pasear tranquilamente. Nos faltan una serie de cosas en la zona que poco a poco los Ayuntamientos deberían emprender para mejorar la imagen que damos a nuestros visitantes.
Siempre que hablamos con empresarios de la zona sale a relucir el tema de la desestacionalización del turismo. Entendemos que Valle del Este, por el tipo de negocio que es, recibe turistas prácticamente durante todo el año, pero, aun así, querríamos saber si se ven afectados por la estacionalidad del turismo.
Es cierto que en Valle del Este no notamos tanto la estacionalidad del turismo. La época alta de golf es marzo, abril y un poco de mayo. Y luego, parte de septiembre, octubre y parte de noviembre, además de las semanas de Navidad. Es ahí cuando recibimos a los golfistas, sobre todo de fuera de España, y es una época que no coincide con la temporada alta en España.
Y la época alta de turismo nacional para nosotros es en verano.
Donde sí notamos más la temporalidad es en Maraú. A partir de noviembre aproximadamente pasamos a abrir solo los fines de semana: viernes, sábado y domingo. En enero y febrero cerramos. Y marzo o incluso también abril, depende, abriremos de nuevo los fines de semana para a partir de mayo abrir de nuevo todos los días.
Creo que una de las cosas que aporta Valle del Este a la comarca es, precisamente, la desestacionalización del turismo. Tanto en invierno como en otoño que aquí disminuye mucho la actividad turística, nosotros tenemos prácticamente lleno el hotel. De hecho, siempre pienso que en el Levante deberíamos centrarnos mucho más en promocionar el otoño y en el invierno porque en verano, hagamos lo que hagamos, afortunadamente, siempre tenemos gente.
Volvemos a pensar en las instituciones… ¿qué cree que podrían hacer para ayudar a desestacionalizar el turismo de la zona?
Bajo mi opinión, desde la Junta de Andalucía y la Diputación de Almería tienen que centrar las campañas turísticas en las épocas en las que no tenemos gente. No en el verano. En esta zona contamos con una gran ventaja y es que tenemos un clima para el que no hay competencia en el resto de Europa y ni siquiera en otras partes de Andalucía. Tenemos un clima único, con el mayor número de horas de sol de toda Europa continental. Desarrollemos eso. Y hay que centrarlo en invierno y otoño que es en lo que nos diferenciamos de otras zonas de España y de Europa. Hay que atraer al público europeo y para eso volvemos a lo que hemos hablado antes, tenemos que proporcionar servicios: que cuando vengan no piensen ¿qué hago aquí? Por ejemplo, cuando vienen los golfistas apenas salen del hotel porque no tienen nada que hacer fuera. Pasean por aquí y nada más porque no hay una vida social fuera.
Y hablamos de los servicios, pero también de los comercios. Tenemos que crecer de la manera en que lo ha hecho la Costa del Sol. Es decir, que haya paseos, comercios, centros deportivos, más hoteles, más campos de golf, tiendas de todo tipo… que la gente tenga la posibilidad de pasear, de moverse, de consumir. Porque por mucha publicidad que hagamos, pueden venir una vez. Pero no repiten porque se aburren. Tenemos que hacer divertida la estancia de nuestros clientes aquí. Cómo podemos hacerla divertida: facilitando servicios, posibilidades de actividad, tiendas, aspectos que hagan su vida cómoda. Afortunadamente, el tema de la gastronomía lo tenemos muy bien resuelto en la zona, tenemos un nivel muy alto en restauración, pero es lo único.
Nos falta un gran paseo, una zona en la que se pueda pasear, sentarte en una cafetería, tomarte algo, visitar una tienda, un lugar de encuentro agradable. Es lo que veo que falta en Vera, un lugar divertido de encuentro de la gente. Además, hay que potenciar más los temas históricos que tenemos en Vera, que podamos mostrar más nuestros entornos naturales, artísticos, históricos… falta que la gente que viene, lo pase bien, nos recomiende y vuelva.
Cuando hicimos Maraú, me llevé a todos los técnicos que trabajaban en el proyecto a la Costa del Sol y les dije: quiero algo que sea mejor que todo esto. Y creo que lo conseguimos. La gente me decía, pero cómo vas a hacer esta inversión en Vera si no la vas a rentabilizar. Y es cierto que la rentabilidad es mucho menor aquí, por ello invertir es muy complicado. Ten en cuenta que una coca cola en un sitio en la Costa del Sol vale el doble que en Maraú. Y el resto de los costes del negocio son prácticamente los mismos.
Tú puedes hacer una inversión y esperar a que la gente venga o al revés. Que venga gente y luego haces la inversión. Cuando comenzó Valle del Este, fue una inversión tremenda esperando atraer un tipo de público que no venía aquí, un tipo de turismo diferente.
Pero es un tema de aunar esfuerzos públicos y privados. ¿Por qué no se invierte aquí? Porque los inversores hoy en día son cobardes. Quieren que se les asegure su negocio. No invierten si no hay un público ya establecido que vaya a generar una demanda. Su inversión aquí no está garantizada. Si a lo que estamos haciendo nosotros, se nos sumaran cuatro o cinco grupos más, sí que conseguiríamos darle la vuelta al mercado, al panorama del Levante almeriense. Pero nos sentimos muy solos en este aspecto.
No se invierte aquí porque no se rentabiliza inmediatamente. Se puede lograr un retorno de la inversión en cuatro, cinco o seis años, pero la gente lo que quiere es rentabilidad desde el minuto cero y eso es imposible aquí. Y hay muchos grupos inversores que no quieren esperar tanto tiempo. Es más seguro invertir en Málaga o en otros sitios en los que tienes tu público y sabes que tu rentabilidad está asegurada.
También es cierto que para invertir de esa forma se necesita un componente financiero y hay empresas que no lo tienen. Y yo que quiero invertir no lo tengo fácil porque los trámites y la burocracia son muy lentos. Seguramente si yo no vivera aquí cogería el dinero y me marcharía a otro sitio.
Por último, creo lo que debemos hacer es aunar esfuerzos y elevar mucho el nivel del producto de aquí y, para ello, no queda otra que invertir.
¿Cree que quizá antes el nivel del turismo era mayor?
Te puedo hablar desde que nosotros llegamos a la zona, en el año 2000. En aquella época, turísticamente hablando estaba muy atrasada: en cuanto a servicios, infraestructuras turísticas, entornos naturales, enclaves históricos. Lo que sí vimos en ese momento es que ya existía edificación barata. Es decir, edificación no prevista para grandes chalés como en otras zonas de Andalucía.
Cuando nosotros nos planteamos el producto intentamos subir un poco el nivel del turismo, pero nos encontramos con cierta reticencia por parte de la gente a invertir cantidades importantes de dinero en casas en Vera.
Pero el nivel del turismo no solo te lo da el nivel de las edificaciones si no también de los hoteles. Dependiendo de lo que en ellos se cobre, así es el turismo que viene. Según una encuesta oficial de la Junta de Andalucía de hace varios años, el precio de la pernocta en los hoteles de esta zona era la más baja de toda la zona costera de Andalucía. Entonces no podemos pedir que el turismo sea de calidad cuando lo que le ofrecemos no es de calidad. Primero, debemos hacer un esfuerzo por hacer y ofrecer un producto de calidad y luego vendrá la gente de calidad. No podemos esperar lo contrario. Porque igual vienen una vez. Pero te aseguro que no vuelven.
Así que es un poco la pescadilla que se muerde la cola. De ahí la importancia de llevar a cabo proyectos sin esperar la rentabilidad inmediata. Hay que sembrar. Vamos a hacer un producto de calidad sabiendo que el público que va a venir no es de esa calidad, pero poco a poco, poco a poco, lo será. Si no, seguiremos siendo lo que somos ahora. La zona de toda la costa Andaluza con precios de hotel más bajos.
¿Nos podría dar datos sobre la repercusión económica del grupo Valle del Este en la zona?
Intentamos que los proveedores sean locales o de la comarca. Es cierto que en la zona hay unas excelentes empresas de alimentación lo que nos permite comprar producto de calidad, en nuestra zona y a precios muy competitivos.
En cuanto a los trabajadores, que contamos aproximadamente con una plantilla de unas 150 personas, intentamos que sean de la zona
Entendemos que, además, por el volumen de facturación (en torno a 9 millones de euros) tenemos una importante repercusión económica en el municipio. Y también por los impuestos que pagamos, claro está.
Por último, nos gustaría que nos contara cómo es la gestión de una empresa familiar y cómo se conjuga la vida en familia con la gestión de una empresa de estas características.
Para mí es una enorme satisfacción personal tener a uno de mis hijos, Jacobo, al cargo del negocio. Es el director general del grupo y es el que poco a poco irá asumiendo la gestión total.
Y en cuanto a la conjugación de la vida familiar y la empresa familiar es muy fácil: el negocio forma parte de la familia, es como un hijo más. La ventaja principal que tenemos las empresas familiares es que damos tanto cariño a la empresa que la personalizamos y la hacemos distinta a las demás. Este hotel es distinto a cualquier otro, tenemos un trato que no hay en otro hotel simplemente porque estamos aquí los propietarios encima del negocio, controlándolo, viendo las cosas e intentando que el producto cada día sea mejor. Si tienes 100 hoteles es muy complicado que sepas lo que pasa en cada uno, te pierdes.
El principal inconveniente son los temas financieros. No tienes la potencia de un grupo empresarial importante detrás. Pero siempre debemos intentar quedarnos con las cosas buenas de ser una empresa familiar y obviar un poco las que no lo son tanto.