A pesar de su juventud, está a punto de cumplir 23 años, la vida de Fernando ha estado siempre ligada a la Semana Santa y es que, lleva acompañando a las diferentes Hermandades desde que tenía 5 años. “Supongo que primero son tus padres los que te animan a salir, como una tradición del pueblo en Semana Santa. Y poco a poco ves que te va gustando, el tiempo va pasando y sin darte cuenta estás donde estoy yo hoy”.
Y hoy no sólo está representando a la Hermandad de San Juan como Hermano Mayor que es, si no que, además, es, desde 2019, capataz de la Virgen de Gracia y Esperanza (uno de los pasos que procesiona la Hermandad de San Juan); sale desde 2016, portando a la Virgen de las Angustias, aunque por tradición familiar lleva en esta Hermandad desde que era un niño; participó en la Hermandad Infantil y Juvenil de la Virgen de los Perdones hasta su obligada salida el año pasado al cumplir la edad máxima estipulada; y, el miércoles santo de este año se estrena con la Hermandad de la Macarena de Almería portando al Cristo de la Sentencia “Quería probar esa Semana Santa de ciudad, una procesión larga, de esas de siete horas, con una Carrera Oficial, con una entrada a Catedral… tengo amigos que salen allí, me ofrecieron la posibilidad y sin pensármelo les dije que sí”.
¿Cómo llega un chico de tu juventud a ser Hermano Mayor de una Hermandad como la de San Juan?
A pesar de haber vivido mucho la Semana Santa de Vera, nunca había participado de la Hermandad de San Juan como tal. Tenía mucha relación con ellos porque vivo cerca, porque tengo amigos que sí lo son y hemos colaborado muchas veces y porque desde hace muchos años cuando sabía que venía el vestidor de la Virgen de San Juan me acercaba para aprender. En 2019, cuando cambiaron el paso de la Virgen de mujeres a mixto y de hombros a costal, me llamaron para ser capataz y no me lo pensé mucho, la verdad. Me pareció muy bonito que hubieran pensado en mí.
Y bueno, de ahí, en las siguientes elecciones a Hermano Mayor que fueron en noviembre del año pasado, hicimos un grupo de gente que quería formar parte de la Junta de Gobierno y presenté mi candidatura. Salimos elegidos y hasta hoy. Así que realmente esta es la primera Semana Santa para mí como Hermano Mayor.

¿Qué significa para ti ser Hermano Mayor de San Juan?
Es un orgullo y un privilegio, aunque también tiene una parte de dificultad. Por un lado, por mi juventud, ya que normalmente los hermanos mayores son siempre de más edad y con más experiencia en la Hermandad. Y, por otro lado, los preparativos, los nervios… además este año, como todo se ha retrasado mucho, lo que antes se hacía en varios meses, lo estamos haciendo en dos. Y vamos justos.
Pero bueno, cuento con muchísima ayuda, con una Junta completamente renovada, con muchas ganas de que todo salga bien.
¿Ha provocado la pandemia que falte gente para salir en los tronos?
Tenemos la suerte de que podemos sacarlos, pero estamos justos. Aunque creo que como en todos los pasos. El que más personas tiene siempre es el Cristo de la Misericordia, por el arraigo que tiene en Vera, pero en los demás sí lo hemos tenido difícil. Pero bueno, podemos salir a la calle que es lo importante.

¿Qué significa para ti estar en una Hermandad?
Nosotros, que hemos emprendido un proyecto nuevo, con gente nueva, que queremos cambiar cosas y mejorar en todo lo que podamos, tenemos esa motivación añadida a lo que es el trabajo que todos hacemos por una Hermandad normalmente.
De base, una Hermandad para mí es estar con gente a la que te unen unos intereses comunes, es estar con amigos, tratar con otras personas con las que, si no fuera por la Hermandad, probablemente nunca tendrías relación. Al final, es estar en un grupo de personas con el que tienes que convivir y compartir, al igual que lo puede ser otra asociación, una comparsa, etc. La gran diferencia es que aquí nos mueve un sentimiento religioso, que es el punto de unión entre todos.
Ese sentimiento religioso, ¿es cuestión de fe o de devoción?
Creo que son las dos cosas juntas, en mi caso fe y devoción van ligadas. Pero en los sentimientos de cada persona no te puedes meter, lo que significa para uno puede no ser lo mismo que para otro, y los dos son igualmente válidos.
Hay mucha gente que pertenece a la Hermandad porque le gusta la Semana Santa, es gente que no acaba de ser creyente del todo, que no va a misa, no practica, pero que le gusta salir a la calle con los pasos, acompañar a las imágenes, el olor a incienso, la música, esa parte cofrade que a casi todos nos encanta. Esa parte artística que es preciosa y que también tiene la Semana Santa.
En mi caso concreto, hablamos de fe; de una profunda devoción que está ligada a una tradición familiar de muchos años, de acordarte también de quién te acompañaba cuando eras pequeño; y también de la parte artística, la Semana Santa vista como arte.

¿Cuál es la finalidad de una Hermandad? Porque parece que solo trabajan para sacar los pasos en Semana Santa que es lo que todos vemos.
Las Hermandades salen a la calle el día que les corresponde, pero durante todo el año están trabajando, que es algo en lo que nos hemos visto perjudicados con este parón de la pandemia, porque no solo ha sido el parón de Semana Santa, sino el parón completo de los dos años.
Estamos en funcionamiento todo el año y, sobre todo, ayudando al más necesitado. Las obras de caridad son el fin de una Hermandad. Bajo mi punto de vista, una Hermandad no se puede entender sin las obras de caridad. Casi se podría poner como secundaria la puesta en escena en la calle.
¿Cuáles son los sentimientos que te despierta una procesión de Semana Santa vivida desde dentro?
Es difícil de explicar. Los nervios previos antes de salir que, a pesar de que son nervios, son bonitos también, la satisfacción de que todo salga bien, el saber que estás portando una imagen que a la gente le gusta ver y que produzca ese pellizco en el estómago…
Como en mi caso salgo como capataz de la Virgen tengo una preocupación muy concreta, no puedo despistarme ni un segundo, así que no me da tiempo a pensar en otras cosas, simplemente en que la procesión salga bien, que el paso vaya bien, que nadie se haga daño.
Dentro de la procesión, siempre hay momentos concretos, como son la Terraza Carmona o la Plaza Mayor, que disfruto más que otros. Y también el encierro de la Virgen es muy emotivo porque, además, es el final, y, si todo ha salido bien, como esperemos que salga, se siente una enorme satisfacción.
Normalmente, las personas que participan en una procesión suelen tener predilección por unas imágenes o por otras. ¿En tu caso sucede lo mismo?
La imagen por excelencia de la Hermandad de San Juan es el Cristo de la Misericordia y es la imagen titular. Pero a mí me gustan mucho los palios, entonces me quedo con la Virgen de Gracia y Esperanza.

Tu caso está un poco fuera de lo común porque participas en varias Hermandades cuando lo general es participar de una y solo salir en esa y no en otras.
Bueno, sí es cierto. Por un lado, la mayoría de los jóvenes que participamos en Hermandades, llamémoslas de adultos, hemos estado en los Perdones. Entonces, lo habitual es que de ella pasemos a otra Hermandad, a la que normalmente nos une algún sentimiento que tiene que ver con la tradición familiar.
En mi caso concreto, es que me gusta muchísimo la Semana Santa y sigo sintiendo muchísimo a la Virgen de las Angustias, por ello, sigo siendo costalero; y siento profundamente también a la Virgen de San Juan, con el añadido de que, además, en este año en concreto se da la circunstancia de que ostento el cargo de Hermano Mayor de la Hermandad.
¿Cómo fue tu salida de los Perdones?
Hombre cuando tú llevas desde los cinco años en una Hermandad y vas viendo salir a la gente y tú piensas en tu salida, sabes que va a ocurrir, pero nunca me hubiera imaginado que tendría que ser así. Es bastante frustrante, pero tengo el consuelo de que algo pudimos hacer. Por lo menos, la situación sanitaria nos permitió acercarnos a despedir a la Virgen, pudimos dejarle nuestro ramo, le hicimos una veneración. Fue muy duro, pero por lo menos, de alguna manera, pudimos despedirnos.
Y las despedidas siempre son tristes, pero claro, teníamos la idea de muchos años de hacerlo con nuestra procesión, todos juntos, con nuestros rituales de despedida, nuestras cartas, nuestros abrazos… y la nuestra fue una despedida muy fría.
Y la falta de la Semana Santa en estos dos años, ¿cómo la has vivido? ¿Qué te ha supuesto no poder salir?
En 2020 como se cortó toda la vida de raíz, como la situación era horrible, y no se podía hacer nada en ningún ámbito, es como si hubiera pasado de largo; quizá lo pasamos peor en 2021 que fue un quiero y no puedo: estábamos ahí, delante de la imagen, podíamos verla, pero no sacarla a la calle, nosotros no podíamos abrazarnos… Creo que el 2021 dejó más huella.
La Real y Venerable Hermandad de San Juan Evangelista y Santísimo Cristo de la Misericordia procesiona los pasos de la Oración en el Huerto, del Cristo de la Misericordia y de la Virgen de Gracia y Esperanza.