Beatriz lleva siendo Hermana Mayor de esta Hermandad desde el año 2019, cuando contaba con 18 años y debería haberlo dejado ya si no hubiera sido porque esta pandemia que trastocó nuestras vidas, lo hizo también con la vida de la Hermandad.
Este es el último año en el que disfruta de su cargo, aunque “realmente me he quedado solo con la parte burocrática, el papeleo, los trámites, y de la parte organizativa ya se está encargando otra persona”.
Así que como atípico que todo esto resulta, este año a pesar de seguir en el cargo, no puede procesionar acompañando a la Virgen de Los Perdones, ya que los jóvenes que forman parte de esta Hermandad deben abandonarla al cumplir los 21 años.
La charla está marcada por una mezcla de sentimientos, que van desde la satisfacción a la tristeza e incluso algo de decepción, por no haber podido despedir a la Hermandad y a su Virgen como ella hubiera querido “es algo que nos ha pasado a todos los que teníamos que dejar la Hermandad en 2020 y 2021. Una tristeza enorme por no haber podido procesionar en condiciones, por no haber podido disfrutar de nuestra despedida”.

¿Qué significa ser Hermana Mayor de la Hermandad de Los Perdones?
Es un trabajo muy duro, pero súper gratificante. El proceso es complicadísimo, hay mucho trabajo detrás, tienes que lidiar con todo el mundo, eres tú la que da la cara, tanto si sale bien como si sale mal… Pero es cierto que cuando todo ese trabajo que haces se ve reflejado, es súper gratificante.
El único año que yo he salido como Hermana Mayor en la procesión, en 2019, salió muy bien, todo el mundo nos dio la enhorabuena, y esto llena mucho, es la recompensa a mucho esfuerzo y mucho trabajo.
Sin embargo, debido a la pandemia, me ha tocado un periodo muy raro y bastante difícil. Como sabes, la gente de esta Hermandad tiene que abandonar al cumplir 21 años y, cuando empezó la pandemia, los que tenían que irse buscaban que yo les diera una solución, buscaban en mí una respuesta porque iban a tener que dejar la Hermandad sin despedirse. Pero ¿qué podía hacer yo? En aquel momento me planteé buscar una solución: llamamos al Obispado, cambiamos los estatutos y salís el año siguiente. Pero reflexionando sobre ello, si lo hacíamos, la Hermandad perdía su esencia. Por eso creo que llena tanto salir aquí porque sabes que a los 21 te tienes que ir, que llega un momento que tienes que abandonar.
Además, si lo miramos con perspectiva, aquella solución no hubiera valido de nada porque tampoco hubieran podido salir el año siguiente. De hecho, mi último año fue el pasado y tampoco pude salir.
En ese aspecto, ser Hermana Mayor para mí ha sido un poco agridulce y quizá más difícil que para el resto. Porque en aquel momento tenía que dar la cara y poner una solución, pero no la tenía. Y lo pasé mal.
Entonces este año, aunque sigas de Hermana Mayor, ¿no puedes salir?
No. Este año me he quedado con la parte más burocrática, la más fea, por así decirlo y no puedo disfrutar del privilegio que es salir en la procesión. Hay otra persona que, cuando pase la Semana Santa, pasará a ocupar el cargo que dejo. Y que debería haber dejado en 2021.
Aunque el pasado año no hubo procesión, por lo menos, nos pudimos despedir: fuimos a ver a la Virgen, a leer nuestras cartas de despedida y a llevarle el ramo que todos los años se le entrega a la Virgen de las Angustias, nuestra patrona. De hecho, el pasado año, nos juntamos los que nos despedíamos el año pasado y el anterior.
Para los que no conozcan bien el funcionamiento de la Hermandad, explícalo un poco, por favor. Porque hay que dejarla cuando se cumplen 21 años, ¿verdad?
Sí, cuando cumples 21 años tienes que dejarla. Pero justo cuando los tienes y no el año en el que los cumples. Por ejemplo, alguien que los cumple después de Semana Santa tiene el privilegio de salir un año más que quien los cumple justo antes.
Pero bueno, como decíamos, también es parte de su esencia. Grupos de amigos de la misma edad se rompen el último año porque unos pueden salir y otros no. Unos lo tienen que ver desde la barrera y los otros están debajo del trono.

¿Qué significa participar en una Hermandad?
Amistad. En esta Hermandad en concreto, significa hacer amistad con gente que nunca hubieses pensado que ibas a cruzar una palabra con ellos, que no ibas a llevarte por el simple hecho de no tener nada en común, de no coincidir en nada. Hasta que llegas a la Hermandad y coincides debajo de un paso. Se han creado amistades muy fuertes.
El hecho de participar en la Hermandad te da una visión muy amplia de la gente de Vera porque tú, a final te juntas siempre con tu grupo de amigos. En cambio, allí estás con gente de edades dispares, con los que si no fuera por la Hermandad probablemente no hubieras coincidido. Te hace abrirte mucho más y compartir tu tiempo con gente que, a priori no tiene nada que ver contigo. Y es algo que no entiendes hasta que no estás dentro.
¿Cuál crees que puede ser la diferencia entre esta Hermandad y otras?
Para mí, es ese sentimiento de unión. Yo estaba deseando que llegara el viernes por la tarde, no solo para ir a ensayar, si no, para estar allí con ellos. La devoción por la Semana Santa, el compañerismo y la amistad que se crea debajo de un trono. Y una vez creas ese vínculo es el que hace que el año siguiente quieras más, y más, hasta que llega el momento de dejar la Hermandad y, para muchos, es un drama. Porque al final es una parte de tu vida que te ocupa desde Navidad hasta abril, estás cuatro meses a tope. Porque, además, a nosotros nos encanta hacer muchísimos ensayos.
Y cuando acabas, te vas a Jesús, te vas a la Virgen, pero creo que no es lo mismo porque debajo del trono hay gente de edades muy dispares. En el trono de los Perdones hay chicos y chicas de entre 17 y 21 años. Al final todos tenemos la misma edad, dos años arriba abajo, tenemos los mismos gustos, los mismos intereses y hacemos las mismas cosas. La amistad que se crea va más allá de la Hermandad y de los ensayos. Es gente que hace las mismas cosas, se mueve por los mismos intereses.
Bajo mi punto de vista, es la diferencia más grande, entre los Perdones y el resto de las Hermandades: la devoción existe, pero el sentimiento profundo de amistad, de pertenencia, creo que en la mayoría no es tan fuerte.
Y esas amistades creo que van a ser para siempre. Y cada vez que te encuentres con esa persona y recuerdes cómo empezó la relación, nos acordaremos de la Virgen de los Perdones porque fue por ella.
Entonces, las procesiones, los ensayos, todo lo que hacéis, ¿lo lleváis a cabo por la gente de la Hermandad o es por devoción?
Por las dos cosas. La devoción y la unión, lo que conlleva el estar dentro de la Hermandad. Y el compromiso que tienes con la gente que va debajo contigo, ver que el trabajo que haces tiene su fruto, que esa hermandad sale adelante y una parte es gracias a ti y a lo que tú estás haciendo.
Por ejemplo, este año yo no salgo en nada. En ninguna Hermandad, en ninguna procesión, en ningún trono. Y creo que es porque, lo primero, me he quedado un poco fría con todo esto de la pandemia. Nadie tiene la culpa, son las circunstancias, pero hice tanto esfuerzo en que todo saliera bien y al final, me ha salido mal que tengo un vacío muy grande. Se que no es una despedida, porque para mí la Semana Santa es muy importante y me encanta salir y participar en todo lo que puedo, pero este año no me siento con ese ánimo. Me da miedo esta desilusión, pero creo que será pasajera.
Probablemente, el año que viene mi sentimiento sea otro y pueda de nuevo retomar.
¿Qué significa para ti la Semana Santa? Me has hablado de devoción, pero ¿a qué? ¿Por qué a una Hermandad más que a otra, por qué a una imagen más que a otra?
No sabría decirte, pero en mi caso concreto creo que es lo que he vivido desde pequeña. Mi padre salía con el Nazareno (un paso de la Hermandad de Jesús) y era algo que yo hacía con él, me llevaba al ensayo y me gustaba ir con él. Desde pequeña he salido con Jesús por él. Entro a la Ermita de San Ramón y, como es lo que he vivido desde que era pequeña, para mí es como si fuera mi casa. Es simplemente por cercanía, por el roce vivido a lo largo de mi vida. Va relacionado con los sentimientos que te genera y que has tenido tú, en mi caso, desde pequeña.
Así que la devoción en mi caso creo que viene por ahí, por lo que yo he vivido desde pequeña. Y la devoción a la Virgen de los Perdones, lo mismo. He estado en la Hermandad desde que hice la comunión y lo que nos une es la devoción a la Virgen de los Perdones porque si la virgen no existiera, nosotros como Hermandad tampoco.
En mi caso concreto, tengo mucha devoción por la Semana Santa y me encanta verla, pero no es un sentimiento a un paso en sí, sino a lo que yo vivo en dentro. Es la devoción a tu Hermandad y el sentimiento que tienes desde que eres pequeña. De hecho, por ejemplo, otra procesión no me transmite lo mismo que la procesión de la Hermandad de Jesús. Podría perderme cualquiera, pero no así perderme el martes santo ni el viernes santo por la mañana.
¿Y es cuestión de fe?
Claro, va ligado a la fe, pero supongo que no en todos los casos por igual. También habrá en los que se desliga de la fe. Hay mucha gente que sale en un trono porque le gusta la Semana Santa y, aunque crea, no practica.
Quizá cada vez menos sea cuestión de fe, en mi opinión. También creo que para cada uno la fe puede significar una cosa diferente y que depende de a quién le preguntes. Probablemente si hablas con alguien de la Junta directiva de otra Hermandad, no dude en decirte que le mueve la fe. Pero le preguntas a otra persona, que puede que sea incluso el capataz de un trono, y te diga que lo hace por la amistad que se crea, por el compañerismo, el compromiso, porque le gusta ayudar en su pueblo… Una Hermandad se mueve por muchos valores y en ella se aprenden otros muchos. Se puede participar de diferentes maneras, no es solo la procesión.
Y, por cierto, también creo que la edad influye: los jóvenes lo ponemos todo en duda.
La Hermandad Infantil y Juvenil Virgen de los Perdones y Jesús de la Esperanza procesiona a la Virgen de La Soledad, al Cristo de la Esperanza y a la Virgen de los Perdones.